8vo Básico: La Peninsula Itálica y la Gran isla Británica.

La Península Itálica y la Gran isla Británica.


03: Caracterizar el Estado moderno considerando sus principales rasgos, como la concentración del poder en la figura del rey, el desarrollo de la burocracia y de un sistema fiscal centralizado, la expansión del territorio, la creación de ejércitos profesionales y el monopolio del comercio internacional, y contrastar con la fragmentación del poder que caracterizó a la Edad Media.

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Queridos Estudiantes:
Esperando que se encuentren muy bien y que su semana estuviera excelente
En nuestra clase de hoy observaremos a dos ejemplos de gobiernos en la edad Moderna, hablamos del caso italiano e inglés. 

Antes de Comenzar, te pediré que me digas, ¿que es lo primero que piensas al hablar de Italia? ¿que lugares de aquel país llaman más tu atención? responde en los comentarios!
En la península itálica, el Estado moderno se expresó en un sistema distinto a los Estados monárquicos. Desde el siglo XI, producto de la importancia que adquirió el intercambio comercial, las ciudades desarrollaron su autonomía política. Algunas de ellas consiguieron libertades otorgadas por los reyes, lo que les permitió constituirse como ciudades-estado independientes. Ejemplo de esto fueron las ciudades del norte de la península: Génova, Milán, Venecia y Florencia, cuya administración presentaba las características del Estado moderno. Se trató de ciudades ricas e independientes, que se organizaron en su mayoría como repúblicas, gobernadas por familias poderosas y con instituciones políticas propias.


Observemos dos ejemplos de este poder. 

Sobre la ciudad-Estado de Venecia, por ejemplo, Shakespeare escribía lo siguiente: 
Salarino: El dux no puede impedir a la ley que siga su curso, a causa de las garantías comerciales que los extranjeros encuentran cerca de nosotros en Venecia; suspender la ley sería atentar contra la justicia del Estado, puesto que el comercio y la riqueza de la ciudad dependen de todas las naciones. Por tanto, marchemos; estos disgustos y estas pérdidas me han aplanado tanto, que apenas si estaré mañana en estado de suministrar una libra de carne a mi cruel acreedor. ¡Vamos, carcelero, marchemos!, ¡Dios quiera que Bassanio venga para verme pagar su deuda, y después no tendré más preocupaciones!”.  

En el caso de Florencia, la situación no era muy distante:
“Desde comienzos del siglo XV, Florencia trabajaba arduamente por conseguir un sitial de privilegio en el mundo occidental. Aspiraba a ser una nueva Roma y, con la multitud de artistas que había producido en los últimos años, aquel sueño se había vuelto realidad. (…) Todo este proceso tal vez no hubiera sido posible sin la colaboración de los Medici, la familia que guiaba con mano firme y mente clara los destinos de la ciudad. Aquella estirpe provenía de un poderoso linaje de mercaderes que había llegado a dominar un vasto y lucrativo conjunto de negocios (…) y que en poco tiempo había extendido sus actividades por toda Europa. Aunque constituían la familia más poderosa de Occidente, su historia no estaba ligada a la nobleza de la sangre: habían comenzado como simples burgueses”. 


Si observamos el caso de Inglaterra, durante el siglo XVI, el rey estableció acuerdos con nobles y burgueses para poder gobernar. Se determinó la admisión de representantes de las ciudades, burgos y condados en el Parlamento. Sin embargo, en 1603 subió al trono Jacobo I, primer rey de la dinastía Estuardo, que se caracterizó por mantener el control absoluto de su gobierno . La consecuencia inmediata fue el conflicto permanente con el Parlamento y el estallido de tres guerras civiles entre 1642 y 1651.

Sobre Jacobo I podemos leer estas palabras salidas de su propia boca para comprender sobre el Absolutismo:

“Los reyes son llamados justamente dioses, pues ejercen un poder similar al divino. Pues si consideráis los atributos de Dios, veréis cómo se encuentran en la persona de un rey (…). De esta misma forma, que es impío y sacrílego hacer un juicio sobre los actos de Dios, igualmente es temerario e inconsciente para un súbdito criticar las medidas tomadas por el rey”


Tras muchos conflictos internos, en 1688 la dinastía Estuardo fue derrocada sin derramamiento de sangre, razón por la cual este hecho se conoce como la Revolución Gloriosa. El Parlamento entregó la corona a Guillermo III de Orange, quien aceptó sus términos. Se estableció así una monarquía parlamentaria, que tendió al equilibrio de poderes entre el rey y el Parlamento, consagrándose algunos derechos como la elección de los miembros del Parlamento sin intervención de la Corona. El poder del rey quedó más restringido y, desde ese momento, requirió de la autorización del Parlamento para crear impuestos o suspender leyes.

Por su parte, el gran intelectual Voltaire, escribe lo siguiente sobre el Absolutismo
"La nación inglesa es la única sobre la Tierra que ha conseguido regular el poder de los reyes enfrentándose a ellos y que, con constantes esfuerzos, ha podido finalmente establecer un sabio gobierno en el que el príncipe, todopoderoso para hacer el bien, está limitado para hacer el mal (…). La Cámara [de los Lores] y la de los Comunes son los árbitros de la nación, y el rey es el árbitro supremo”


Actividad:

Con la ayuda de lo aprendido hoy, responde las preguntas. 

Finalmente, recordarte que puedes escribir preguntas o dudas sobre la clase en los comentarios.
Que tengas un muy buen y bendecido fin de semana.

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