8vo Básico: Intercambios entre América y Europa
Intercambios entre América y Europa
OA 11: Analizar el proceso de formación de la sociedad colonial americana considerando elementos como la evangelización, la esclavitud y otras formas de trabajo no remunerado (por ejemplo, encomienda y mita), los roles de género, la transculturación, el mestizaje, la sociedad de castas, entre otros.
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Muy Queridos 8vos:
Esperando que tuvieran un bellísima semana y que todo saliera muy bien en lo personal y académico. los invito a que se preparen para la clase de hoy, les recomiendo usar sus cuadernos y anotar las principales ideas que les llamen la atención.
Con la llegada de los españoles a América, la historia de Europa cambiaría, debido a la ampliación de sus territorios, la expansión hacia nuevos mercados donde vender y comprar productos, y el encuentro con nuevas formas de vida. Así, en el transcurso de la Edad Moderna comenzaron a circular utensilios elaborados a partir de metales americanos o diversos productos naturales, como el cacao, lo que contribuyó a enriquecer a la cultura europea.
La incorporación del “Nuevo Mundo” al circuito comercial europeo revolucionó la dinámica económica de la época, transformándola en un sistema mundial. A medida que la conquista fue consolidándose, la captura de nuevos territorios ricos en minerales permitió el ingreso de grandes cantidades de oro y plata a las arcas hispánicas que impulsaron la expansión económica europea. A inicios del siglo XVI se registra un fuerte ingreso de plata al continente europeo que contribuye a la aparición de una revolución de los precios. Entre los años 1500 y 1650, se produjo un alza sostenida de los precios, pues el mercado europeo solicitaba más productos de los disponibles. Debido a la escasez de bienes se produjo un encarecimiento de las mercancías (inflación).
La revolución de los precios ha sido un tema de discusión entre los historiadores. Algunos han señalado que fue el resultado del crecimiento de la población europea y el acaparamiento de metales por parte de los banqueros. Sin embargo, sectores como los campesinos y los artesanos experimentaron un sostenido empobrecimiento en el consumo de bienes básicos. La ampliación de los mercados también impactó en los hábitos de consumo de la población europea.
En alimentación hubo un crecimiento en la disponibilidad de bienes, ya que, por ejemplo, el maíz, la papa, el tomate, el cacao o la palta, de extracción americana, se sumaron a la dieta europea. Entre las costumbres que llamaron la atención de los europeos estaba el consumo de tabaco. Las ganancias dejadas por su comercialización llevaron a que la Corona estableciese un monopolio sobre este producto
El encuentro con la cultura de los pueblos originarios implicó que los europeos reajustaran la imagen que tenían del mundo. Cronistas, conquistadores y sacerdotes hicieron esfuerzos por captar las imágenes de este nuevo mundo y lo describieron como un territorio de exuberante naturaleza y grandes riquezas. Se deslumbraron con la prosperidad material y cultural de las grandes civilizaciones americanas y asociaron las formas de vida indígena a una especie de paraíso terrenal, en conformidad con la tradición cristiana.
Tras la ocupación europea del continente americano, se inició en Europa un debate en torno a la legitimidad de la conquista. Esta controversia alcanzó su máxima expresión entre los años 1550 y 1551, con el llamado debate de Valladolid, en que se enfrentaron visiones opuestas, defendidas por el fraile dominico Bartolomé de las Casas y el teólogo Juan Ginés de Sepúlveda. La importancia de este hecho reside en que, por primera vez, un imperio organizaba un debate sobre la justicia de los métodos empleados para ampliar sus dominios. Además, brindaba a la monarquía un fundamento jurídico para la colonización de América por los reyes castellanos. Bartolomé de las Casas sostuvo que indígenas y colonos podían llegar a tener una convivencia pacífica, ya que se trataba de seres racionales que gozaban de los mismos derechos.
Para el fraile dominico, la conquista se legitimaba solo por la necesidad de evangelizar. Juan Ginés de Sepúlveda planteó que los indígenas eran menos cultos que los españoles, por lo tanto, eran incapaces de gobernarse y esto autorizaba a los españoles a someterlos. Más allá del debate, en el que no se definió un vencedor claro, la discusión en torno a la conquista y el trato que recibían los indígenas se extendió entre los años 1511 y 1570, e involucró a otros pensadores, juristas y sacerdotes españoles como Antón de Montesinos y Francisco de Vitoria. Con posterioridad, muchos filósofos e historiadores han retomado el estudio de esta controversia para reconstruir el pasado y cuestionarse sobre la importancia del respeto a los derechos de las personas.
Como consecuencia del debate de Valladolid se estableció que solo los religiosos podían avanzar por territorios vírgenes y que, una vez convenidas con sus habitantes las bases del asentamiento, entonces podrían entrar las fuerzas militares, seguidas por los civiles. Pese a esta innovadora forma de concebir la conquista, las nuevas normas no tuvieron un gran efecto, en la práctica, pues las regiones que aún podían ser exploradas no despertaban el interés de los conquistadores.
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